El zapatismo y el proceso electoral

FL

Ciclicamente, cada vez que el país entra en alguna campaña electoral, la izquierda no electorera debate para decidir si conviene participar o no. Naturalmente, la derecha y la izquierda electoral dicen que el voto universal, directo y secreto, es uno de los mecanismos de la democracia formal y que sólo los países que celebran elecciones para elegir a sus representantes, son democráticos.

Pues bien, me parece que este es sólo uno de los tantos mitos de la democracia, particularmente de la mexicana, pues como todos sabemos, la elección de todos los candidatos es por dedazo, empezando por el candidato a presidente de la república, hasta el diputado local; personajes que se doblan bajo las consignas de las dirigencias partidistas. Y si se llegara a dudar de lo dicho, pregúnteseles a los mismísimos candidatos "a puesto de elección popular" quién o quiénes los nombraron. La respuesta será en todos los casos la misma: El partido. Los arreglos que las mafias partidistas hacen con sus suspirantes a ocupar un puesto son la transacción y el reparto de precandidaturas a cambio de sumisión e incondicionalidad, se dice ahora "la línea política del partido".

Tal vez haya que recordarles a quienes por la propaganda electoral lo han olvidado, que tradicionalmente el pueblo de México desconfía de los procesos electorales porque siempre había ganado el pri. Todavía se tiene fresca en la memoria la cultura del fraude: El relleno de urnas, la práctica del carrusel, la alteración de las actas, la desaparición de urnas donde existía una mediana oposición, la compra de votos, la inducción del voto regalando despensas o tamales, etc. etc. Si usted, amigo lector, cree que este sistema de corrupción desapareció con el ascenso al poder de la ultraderecha, está en un error; ahora no son sólo prácticas del pri, sino que se han difundido entre todos los partidos. Recuérdese el caso del prd en sus elecciones internas, impugnadas hasta por sus propios correligionarios. Y qué decir del triste espectáculo en Chihuahua, en donde tanto el pri como el pan reclamaban haber triunfado y el IFE local sirviéndoles de tapadera con el IFE federal. Basten estos casos a manera de ejemplo ilustrativo de cada práctica mencionada.

Y acerca de la asistencia a las urnas, la realidad golpea duro. En elecciones locales se han registrado tasas de abstencionismo del 70%. A nivel nacional se registra un abstencionismo del 60% en promedio en las cacareadas elecciones intermedias para diputados. Analistas bien enterados estiman que en las próximas elecciones federales el síndrome del abstencionismo alcanzará el 80% del padrón electoral. Esto es que si el padrón es de 65 millones de electores, sólo acudirán a votar alrededor de 13 millones ¿Es este un ejemplo de democracia?

Por información oficial sabemos que el presupuesto que se destina para las elecciones, empezando por la propaganda ya que sin esta las elecciones pasarían desapercibidas, asciende a mil millones de dólares, o diez mil millones de pesos, lo que significa que cada voto depositado en las urnas tendrá un costo de aproximadamente ochocientos pesos. Verdaderamente la democracia mexicana es una de las más caras del mundo.

Pero ¿por qué es tan importante para el gobierno que la población acuda a votar? porque esa es la manera de legitimarse, al decir que la gente ha elegido libremente a sus representantes, y con ello dar la apariencia de que fue un ejercicio de democracia, en la cual triunfan las minorías sobre las mayorías.

Por principio, los zapatistas civiles nos negamos a ser participes de un sistema electoral corrupto, rechazamos acudir a las urnas porque sabemos que eso es una farsa montada por el gobierno para sostenerse en el poder. Los zapatistas luchamos por la democracia sí, pero no una democracia que se reduce a lo electoral, ejercida parcialmente aún en los propios términos oficiales, pues no existen las candidaturas ciudadanas, éstas están excluidas del proceso electoral. Lo rechazamos por que excluye sistemáticamente reformas para ampliar los cauces democráticos, como el referéndum, el plebiscito, la iniciativa ficta, y otras formas de ejercicio democrático ciudadano y cotidiano, ya que no se diga el reciente rechazo a la autonomía indígena, o al municipio libre que es la célula del federalismo, y tantas otras iniciativas que las mafias que controlan el Congreso han rechazado porque atentan contra sus intereses.

Las demandas zapatistas por la democracia, la justicia y la libertad tienen vigencia porque buscan que el que mande, mande obedeciendo, subordinándose a la voluntad colectiva en beneficio de los intereses de todo el pueblo y no en provecho de unos cuantos oligarcas dueños del dinero y del poder, que usan la Carta Magna para servirse de ella.

Evidentemente nos preguntamos qué va a pasar ahora que se vea que al pueblo no le interesó participar en las elecciones. ¿Con qué fuerza el gobierno pretenderá hacer los "cambios" que prometió. ¿Se le sumarán el pri y el prd?, que es lo mas probable ante la ausencia de legitimidad.

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